Salimos del campamento a las 12 de la media noche, ya que en la madrugada es cuando mas fría está la montaña y hay menos probabilidades de avalancha. El Artesonraju es una montaña muy divertida, con muchas grietas, tambien pasas frente a un serac de muy buen tamaño que sientes que en cualquier momento se puede venir abajo. Al llegar a la arista que te lleva a la cumbre, a unos 5,900 metros, el mal clima volvió, vientos fuertes nos empezaron a pegar y las nubes limitaban nuestra visibilidad, sin dudarlo tomamos la decisión de regresar.
Fue una buena experiencia, aún y sin hacer cumbre quedé satisfecho y bien servido. Es la primera montaña en la que probé un cambio en mi alimentación, ahora más cargada en grasas (45%) y proteínas (45%) y baja en carbohidratos (10%). La idea de cambiar mi alimentación nace de la falta de apetito, dificultad de digestión y lo complicado que es encontrar alimentos para consumir en la montaña. Acostumbrar a tu cuerpo a tomar la grasa como fuente de energía y no los carbohidratos, ya que la reserva de grasa es mucho mayor. Es una dieta que he repetido en 3 montañas más, y que hasta ahorita me ha funcionado bien.
Cuatro días después de haber regresado a Huaraz y haber hecho cumbre en el Vallunaraju, me llegó la noticia que 2 alpinistas mexicanos habían muerto en el Artesonraju. Daniel Araiza y Enrique González, excelentes alpinistas, tuvieron un accidente totalmente ajeno a su capacidad. Un bloque de hielo los desprendió de la montaña, fue un accidente fortuito.
Sabemos a lo que estamos expuestos, pero nunca pensamos que en realidad nos pueda pasar algún accidente de este tipo. La mayor parte de los accidentes se pueden evitar, hay que ser cautelosos en la montaña y no cometer errores, somos alpinistas entusiastas, no profesionales, tenemos que apoyarnos con guías certificados ya que la montaña no perdona errores.