Por Erik Ramirez
Es el cañón que he recorrido con las vistas más impresionantes y verdes en la Sierra de allende, no es muy transitado por lo que las veredas las encontrarás cubiertas de hojas y no muy marcadas, es muy fácil de desviarse del camino, hay que ir muy atentos. El agua es cristalina por completo, se alcanza a ver el suelo y las piedras están cubiertas de musgo, todo el camino está rodeado de verde, no hay tanta hiedra, sin embargo, en el agua casi no da el sol por lo que esta helada, es más que recomendable acudir con neopreno. El cañón es corto, pero de cuidado, hay toboganes resbalosos y anclajes expuestos por lo que habrá que fabricar puentes para asegurar el anclaje. El último rapel es el más alto e impresionante, tienes una vista grandiosa, alcanzas a ver de frente a la famosa piedra parada y desciendes sobre una cascada de 40 mts sobre un anclaje natural.