¡PIEDRA!

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Por  Alicia Carrillo

 

“¡PIEDRA!” Es la palabra que me hizo despertar y hacerme consciente de mi entorno. La fecha 29 de mayo del 2016 es un día que nunca olvidaré y creo que tampoco lo harán muchos de los que estuvieron presentes conmigo y seres queridos.

Desde el inicio, fue una serie de planes y acontecimientos atípicos. Había acordado con unas amigas de asistir a un evento en Potrero Chico pero el viernes, un día antes del evento me cancelaron, entones yo ya me había quedado sin plan por el momento. Llega el sábado y me marca Luly para preguntar si iba a ir al evento y que si quería ir con ella y nos regresábamos el mismo día. Claro que dije que sí.

Llegamos al evento y un montón de chavas desde principiantes hasta avanzadas, todas muy motivadas. Una de ellas, era María que me convenció para quedarme a acampar. Le marco a mis papás para decirles que me iba a quedar en Potrero y como nunca, mi papá se enojó porque no me despedí de ellos ya que al día siguiente ellos viajaban a Cuba (¿presentía algo?).

 

El evento constaba de diferentes actividades y una de ellas era un curso de auto-rescate el domingo el cual yo quería tomar (ironías de la vida). En eso, aparecen David y Rubén y me invitan a irme con ellos a escalar un segundo largo en la zona de Outrage. Yo nunca había hecho un segundo largo (y sigo sin hacerlo) el cual consiste en escalar una ruta, anclarte y encontrarte con más rutas por escalar en la parte superior. Como iba aprender algo nuevo decidí irme con ellos. 

Outrage , Potrero Chico, N.L. México

Para llegar a la zona es un approach de aproximadamente 15 minutos y un desnivel considerable con muchas piedras. Al llegar a la zona, estaban más amigos escalando, entre ellos Chris, Chente, Lary y María. Cabe recalcar, que días anteriores había estado lloviendo y fuertes lluvias o prolongadas, pueden provocar fracturas en la roca y por ende su desprendimiento. Esto es uno de los datos que siempre debemos considerar.

Comenzamos, sacamos el equipo, nos pusimos el arnés y estábamos listos para escalar. En ese entonces, yo no tenía grillo (grigri, sistema de auto-seguro), únicamente contaba con un ATC y David tenía un grillo para asegurarme desde arriba. Yo estaba lista para asegurarlo con ATC pero justo antes de que él comenzara a subir, por alguna extraña razón se regresó y me dijo que mejor lo asegurara con el grillo.

“Puño”, “venga”, “con todo” eso fue lo último que recuerdo haber escuchado antes de un fuerte grito diciendo “¡PIEDRA!”. La cuerda me levantó debido a que David voló, volteé hacia arriba vi un bloque gigante viniendo hacia mí, no tuve muchas alternativas más que moverme hacia la derecha lo más que podía. Sentí sólo un pestañeo que al abrir los ojos lo primero que intento es tratar de pararme/acomodarme, pero no me fue posible, sólo veía una de mis piernas y la otra, tardé en entender que lo que veía era dos huesos en 3 partes, mi músculo y mucha sangre.

Como en las pesadillas, traté de gritar para que me ayuden, pero no me salía la voz, hasta que por fin logré un “¡AAH!”. Los primeros que se acercan son Chris y María, tampoco podían creer lo que estaban viendo. Lo primero que hacen es ponerme en un lugar seguro y me hacen un torniquete con la mochila de Chris. Comienza a llegar más gente, no sólo de los que estaban en la zona, también personas del evento y otros escaladores que estaban cerca. Todos ayudando unos buscando ayuda de los servicios de salud, otros intentando contactar a mis hermanos y otros simplemente tratando de calmarme y hacerme reír.

Por un momento sentí que quería desmayarme, pero no podía, tenía que asegurar mi llegada al hospital. Ya habíamos inmovilizado mi pierna, lo que seguía era ver cómo bajarme. Hay que remarcar que las zonas de escalada suelen estar en zonas remotas. En este caso no quedaba tan difícil el acceso, pero como comentó Vara en ese momento “tenemos que bajarla nosotros, van a enviar a personas no capacitadas para subir montañas”. Dicho y hecho, bajaron para ver dónde iba el personal de salud y llevaban avanzado 3 metros ya con el corazón de fuera. Les solicitaron la camilla y subieron a recogerme. Se realizó toda una logística para bajarme. Chris con malos chistes durante todo el camino, eso me alivianó la bajada.

Afortunadamente, nunca perdí la conciencia, lo cual me permitió  estar al tanto de la situacion y poder guiar ya que las condiciones del terreno exigían mantener concentracion y coordinación para no perder el balance de la camilla en la que me encontraba.

 

Me suben a la ambulancia y sentí una tranquilidad. La responsabilidad que sentía sobre mí, se las dejé al personal de salud. Íbamos bromeando durante el camino (si lees esto paramédica querida, me prometiste que ibas a dejar de fumar y comenzar a hacer ejercicio. PD. te agradezco y a todo el personal de salud).

 

Radiografía posoperación
En el Hospital posoperación

Y pues sí, fue fractura expuesta de tibia y peroné, además de perder más de 2 litros de sangre. Pero si no hubiera sido porque afortunadamente nadie de los de la zona tenían música fuerte, logré escuchar a tiempo cuando gritaron piedra; si David no se hubiera regresado para cambiarme el ATC por el grillo; si no hubieran estado cada una de las personas claves, (entre ellos una doctora, muchos amigos con conocimientos de primeros auxilios y rescate en áreas remotas, entre otros) todos ellos que actuaron rápido y me ayudaron desde el lugar del accidente hasta que subí a la ambulancia; si mi papá no me hubiera registrado en el seguro de gastos médicos mayores ese año, si no me hubiera tocado el doctor que me operó, probablemente, no hubiera salvado mi pierna y/o hubiera sucedido una tragedia mayor.

Ese día la naturaleza nos recordó una vez más que debemos respetarla y si vamos a hacer actividades de aventura como es la escalada, tenemos que prepararnos no sólo físicamente, sino también de conocimientos y capacitaciones. Para bien o mal, muchas personas me comenzaron a decir que, a partir de ese día, ahora utilizan casco para escalar, revisan dos veces el equipo antes de subir y se rumora que aumentó la venta de grillos y life guards. 

De la operación a la recuperación

Fue una semana la que estuve internada en el hospital, misma semana que mis papás estaban en Cuba y no sabían sobre el accidente (porque pedí que no les dijeran). Una semana que entre mis hermanos y amigos que se enteraron por otra parte, cuidaron completamente de mí. Una semana que no me dejaron ni un minuto sola, me llevaban juegos de mesa, películas, revistas, regalos, hasta me peinaban. Desde ahí puedo decir que mis seres queridos nunca permitieron que me sintiera triste o desmotivada.

Llegaron mis papás al aeropuerto, mi hermano Pepe y mi cuñada Jovana, fueron los encargados de darles la noticia. Entran al cuarto del hospital y mi mamá contenta de que no quedé fea de la cara y pues mi papá, sólo me veía con tristeza y preocupación. Definitivamente no con ganas de que volviera a ir a la montaña.

Me dan de alta en el hospital, me llevan a mi casa y fue todo un mes de visitas/llamadas/regalos continuos, por lo que eso para mí eran distracciones y mi estado de ánimo seguía al cien. Poco después, comienzan a disminuir esas visitas y yo seguía en cama dependiendo de mi familia hasta para ir al baño. Mantener la motivación comienza a ser complicado.

Primera revisión con el doctor, me indica que iba a usar los fierros externos durante 6 meses y de acuerdo a los resultados, sería o más operaciones, o comenzar con la rehabilitación. Definitivamente, más operaciones y tiempo sin movilidad no era una opción para mí.

 

Mi doctor era algo duro, me regañaba al verme y estar con movimientos limitada, él me decía que aprovechara los fierros que fungían como mi hueso. Me brindó varios ejercicios de los cuales mi mamá prestó atención y me obligaba a hacerlos. No siempre era fácil, algunas veces sentía que no había mejora, me estresaba, lloraba y me enojaba con mi mamá porque ya no quería, igual ella insistía para que los hiciera. Pepe comenzó a intervenir también, se ponía conmigo para que hiciera ejercicio, incluso me llevaba al parque para que hiciera barras. De todas formas, la motivación iba y venía.

Entrenando con Pepe

Recibí muchos comentarios relacionados a que no iba a poder hacer ejercicio de nuevo. Algunos doctores me comentaron que ni si quiera caminar en la montaña iba a poder, menos correr o cualquier otro deporte en el que mi pierna recibiera un fuerte impacto. Claro que eso me apagaba, pero me bastó con que un doctor me dijera que sí iba a poder hacer ejercicio de nuevo para volver a motivarme.

Pasaron 6 meses de altas y bajas. Llega el día de mi operación para extraer los fierros. Salgo de la operación y me dan una bota para usarla durante 1 mes. Llegó mi cumpleaños y temporadas de posadas, así que en realidad duré 1 semana utilizando la bota. A los quince días tengo cita con el doctor para preguntarle sobre mi rehabilitación a lo que me contestó sorprendido “¿cuál rehabilitación si ya estás caminando normal?”

 

En lo personal, lo que me ayudó a continuar con una actitud positiva, fue mantener mi mente ocupada estableciendo objetivos a corto y mediano plazo. Lo primero que me propuse fue irme de intercambio a España y para eso necesitaba dinero, así que busqué trabajo y al mismo tiempo, me tocó hacer mi servicio social. De 9am a 8 pm me la pasaba de un lugar a otro sin pensar en mi pierna. Por seis meses fui nombrada Aliciada.

Presumiendo pierna nueva

Mi lógica en ese entonces fue, bueno, si ya estoy caminando sin la necesidad de rehabilitación, entonces mi rehabilitación la haré entrando a gimnasia artística. Y pues bueno, ese sólo fue el parteaguas para decir, okei, si puedo hacer este deporte sin problema, claro que puedo hacer este otro. Todo inicio para demostrarme que puedo continuar con nuevos retos y que mi pierna se encontraba mejor que nunca.

A partir de ese evento, ahora estoy experimentando y practicando nuevos deportes como es el wakeboard, surf, wakesurf, snowboard, escalada en hielo, tochito bandera, boulder, natación y claro, regresé a la pared a escalar. 

Ya recuperada en El Salto, N.L. México
Alicia Carrillo:

 Lic. Administración de Energía y Desarrollo Sustentable. En pro del cuidado del ambiente y buenas prácticas. Aficionada a los deportes al aire libre y a la gimnasia artística. Siempre dispuesta a conocer nuevos lugares y culturas.


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4 Comments

  • Ilia Garza, agosto 3, 2020 @ 9:33 am

    ¡Eres una niña encantadora Aliciada! Me encanta que no te hayas rendido y que volvieras a la pared sin excusas =) Te felicito.

  • Enrique Mauro Guadarrama Álvarez, agosto 6, 2020 @ 1:45 pm

    Muchas felicidades nena eres mi héroe

  • Daniel, agosto 8, 2020 @ 8:47 am

    Que bien, mucha energía y actitud es bueno para la vida

  • Luis Leonardo Juan Zamora Leal, agosto 25, 2020 @ 8:42 pm

    Me inspiras, gracias por compartir

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