Tenemos que hacer algo por qué no podemos no hacer nada.
Lloramos bajo el agua, detrás de nuestras máscaras de buceo escondemos nuestras lágrimas, cuando vemos otro coral blanquearse, perder aún más tejido, o ser desplazado por algas así como por invertebrados agresivos. Conocemos bien las amenazas al arrecife que está fuera de nuestras manos; la acidificación de los océanos, el cambio climático, la pesca indiscriminada, la contaminación que viene del desarrollo costero y económico insaciable. Pero al final sabemos que somos nosotros, los humanos, los que causamos su extinción masiva y aún hay mucho localmente que podemos hacer. Sabemos demasiado como para no actuar porque nuestros ojos ven que el arrecife del que dependemos lo estamos exterminando.
Cada granito de arena, cada gota cuenta:
-No toques nada porque el coral se muere.
-Tu neopreno te protegerá del sol, no es necesario usar bloqueadores, matan el arrecife.
Esto siempre ha sido parte de nuestro breviario cuando vamos al mar con buzos. Pero ahora en lugar de sentir orgullo de nuestro hermoso arrecife, de cuya formación no tuvimos nada que ver, la vergüenza nos invade, sobre todo cuando algún cliente que ha buceado en otras partes del mundo comenta, -se ve todo muerto. Los capitanes también nos dicen, -antes sabíamos dónde estaba el arrecife porque el mar se veía un azul más oscuro, ahora se ve todo blanco en el fondo.
Además algunas veces, frente a los visitantes, ocurren enfrentamientos incómodos con los pescadores quienes en su desesperado intento por sobrevivir de un mar sobre explotado no respetan los pocos sitios de buceo que hemos marcado con boyas frente a las costas de Tulum. La ignorancia nos mata. La mayoría de las personas no saben que los arrecifes generan billones de dólares de servicios ambientales en forma de turismo, pesca, protección costera, arena para las playas, y sumideros de carbón, entre otros. Es nuestra misión y deber hacer que nuestra comunidad conozca las razones por las cuales es indispensable conocer, monitorear, proteger y restaurar el arrecife del que dependemos todos. Nuestra vida depende de ello.
Por estas razones se continúa con el trabajo de Corales Tulum. Este colectivo inició a raíz de la muerte masiva causada del Síndrome Blanco (SCTLD), enfermedad que les ha cobrado la vida a al menos 70% de los corales duros durante los dos años que lleva en el Caribe mexicano. El conjunto de amenazas al coral lo debilito ante el arribo de la bacteria que actúa como una lepra sobre el tejido de los corales duros, los que construyen las estructuras arrecifales. La enfermedad fue la pandemia bajo el mar que nos llevó a tomar acción ante todas las amenazas que enfrenta el arrecife frente a nuestras playas. Buscamos la concientización de todos los sectores de nuestra comunidad; gobierno, desarrolladores, pescadores, turistas, buzos y la sociedad en general. Solo así podremos llevar a cabo los proyectos de educación, monitoreo, y restauración que urgen para los corales. Sin el arrecife no existiremos nosotros, por eso lloramos, por eso no podemos no hacer nada.
A través de este proyecto, nuestro objetivo es crear conciencia sobre la importancia de proteger el océano. Queremos informar sobre el impacto que nuestro estilo de vida tiene en el mar y las consecuencias si no hacemos algo para cambiarlo. Así como brindar la opción de actuar y apoyar.
41 Comments
Comments are closed.